Como ya conoces mi pasión
por la fotografía, hoy me gustaría enseñarte algo que puedes hacer
de forma sencilla en tu casa y que dejará a todos tus amigos con la
boca abierta. Vamos a convertir nuestra habitación en una cámara
oscura.
En la imagen que encabeza
el post puedes ver el resultado en mi habitación. ¿Qué se puede
ver? Efectivamente, mi habitación. Pero a la vez, puedes observar
tanto en la pared, en el techo como en todas las superficies la
imagen de la calle. ¡Incluso de los coches! ¿Cómo se
hace?
Primero debemos tapar
toda la luz que entre en la habitación. Absolutamente toda. El papel
de aluminio de la cocina y un poco de cinta aislante serán
suficientes. Hay que ir con cuidado ya que no puede entrar ni un solo
haz de luz. Una vez a oscuras, hay que realizar un orificio en el papel de aluminio justo en el
centro de la ventana. Tiene que ser completamente redondo. ¿Y de qué
tamaño? Hay calculadoras en internet como esta que te dan el
diámetro que debe tener el agujero (estenopo). Yo lo hice a ojo,
haciendo el agujero cada vez más grande hasta que la imagen estaba
enfocada en la pared. A mí me salió de 2 centímetros.
En este punto ya veremos
algo proyectado en la pared, pero no lo veremos ni en color ni de
forma muy nítida. Nuestros ojos tardan mucho tiempo en adaptarse a
la oscuridad. ¿La solución? Hacer una fotografía. Hay que situarse
cerca de la ventana, colocar el trípode y hacer una fotografía de
larga exposición para que la cámara sea capaz de captar toda la luz.
¿Por qué se ve la
imagen invertida? Te dejo un gráfico para que lo puedas entender.
Te recomiendo visitar el
trabajo de Abelardo Morell en el que suele utilizar esta técnica de
forma fascinante.
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