Puede parecer una pregunta obvia
y sin importancia, pero no es así. Perfumarte por la mañana no es lanzarte el
líquido por cualquier parte del cuerpo a lo loco. La ciencia se esconde detrás
de la forma correcta de hacerlo.
Los perfumes tienen un alto
contenido de alcohol y por esta razón son muy volátiles. Si no lo fueran, nunca
llegaría la fragancia a nuestro olfato. El tema de la evaporación y la
volatilidad es de vital importancia ya que si resultan demasiado bajos, por más
que te perfumes no olerás a nada, y si son demasiado altos, el olor te abandonará
a los pocos minutos.
¿Cuál es el truco para ir bien
perfumado? Fíjate en las películas. Aunque no te puedes creer todo lo que ves
en el cine, las protagonistas siempre se perfuman el cuello y luego las
muñecas. ¿Por qué? Porque son zonas “calientes” en las que pasan venas grandes
y la temperatura corporal es más alta. Esto provoca que el perfume que
aplicamos ahí se evapore más rápido y el olor resultante es más intenso. Además, son partes del cuerpo que solemos
“compartir” de cerca con otros, dando la mano o un beso en la mejilla, por
ejemplo.
Pero si solo aplicamos el perfume
en estos puntos, lo perderemos rápido. Un rápido flis-flis en otras partes no tan
calientes nos garantizará que aunque no olamos de forma tan intensa en un
principio, sí que nos acompañará durante más horas.
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